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La Basílica de la Sagrada Familia, la nueva Jerusalén

29 de enero de 2020Noticias Compartir:

La nave de la Sagrada Familia ha sido la protagonista de la reflexión biblicoteològica de la cuarta Semana de la Biblia. El Dr. Armand Puig, rector del Ateneo Universitario Sant Pacià, ha analizado y explicado las partes de la nave de la Sagrada desde un punto de vista teológico, y ha comparado la Basílica con la Nueva Jerusalén. La reflexión ha sido acompañada por Juan de la Rubia, organista de la Sagrada Familia.

En la Sagrada Familia no hay nada casual, sino que todo forma parte de un conjunto milimétricamente pensado por el arquitecto Antoni Gaudí. Las columnas, por ejemplo, el elemento más visible de la nave, representan, según Puig "la Iglesia, el Pueblo de Dios que crece hacia arriba en joya, en amor y en santidad".

Meditació biblicoteològica de la nau de la Sagrada Família

El Dr. Puig también dice que Gaudí entendía la arquitectura de la nave no de la manera tradicional, como un reflejo del Cristo crucificado, sino siguiendo la simbología más antigua, la que considera que las grandes iglesias son una representación de la nueva Jerusalén. Así, entiende los tres ámbitos de la nave de la siguiente manera: el presbiterio, como espacio reservado a Dios creador, el altar, el centro de la basílica donde se celebra la eucaristía, y el crucero y las naves, el lugar reservado los iluminados que participan del misterio de Jesucristo encarnado.

Para Gaudí también era muy importante la liturgia, y dentro de ésta, la música. "Sin canto, no hay alabanza a Dios", nos recuerda Armand Puig, y es por eso que Gaudí diseñó cuatro grandes cantorías repartidas por toda la nave. También para resaltar la liturgia, se han añadido a las barandillas de las cantorías laterales de la nave himnos de los diferentes tiempos litúrgicos.

 

Un bosque de caminos

Por último, Puig ha explicado que Gaudí concibió la nave como un bosque de caminos en el que cada persona estaba invitada a encontrar el suo propio para acceder a la Joya de Dios. Dentro de estos caminos, el arquitecto pensó tres que resumen la existencia y el sentido de la vida para los cristianos. El primero, la Vía de la Humanidad en Dios, que está dedicado a Dios y el Espíritu, va del ábside en el portal de la Gloria y simboliza el inicio y final de la historia humana. El segundo, la vía de Jesucristo y de la Eucaristía, que comienza en la fachada del Nacimiento y se termina en la fachada de la Gloria, habla de la vida de Jesús y tiene como punto central del altar para la celebración de la Eucaristía.

Por último, el tercer camino no tiene una trayectoria determinada sino que está compuesto por toda la nave con sus múltiples caminos. Se denomina vía de la Iglesia y de la santidad y está protagonizada por la Iglesia en su conjunto que escucha la palabra y participa de los sacramentos. "Una nave llena de caminos que cada persona debe recorrer en su camino de acceso a Dios, a la Santa Trinidad, en la Joya de Dios. Por lo tanto, Gaudí ha conducido a cada uno de manera que pueda llegar al misterio, en el dintel de la maravilla que Dios nos da", concluye Armand Puig.

"La Basílica de la Sagrada Familia, la nueva Jerusalén" se ha llevado a cabo el 28 de enero a la Sagrada Familia en el marco de la IV Semana de la Biblia, que durará hasta el 1 de febrero. El acompañamiento musical del acto ha sido a cargo de Juan de la Rubia, organista de la Sagrada Familia.